queremos gritar
gracias!!
desde lo más alto de cada comunidad!!

17º Ascenso – Peñalara 2.428 metros de altitud, en Madrid

El pasado sábado 19 de septiembre pudimos poner el broche final al proyecto 17 cimas.

Lo que en principio era proyecto previsto en dos años de duración, habíamos conseguido acometerlo en sólo trece meses.

Peñalara, la cima de la comunidad de Madrid, es una montaña agradecida. Con sus 2.428 metros emerge en todo lo alto.

Partimos desde el puerto de Cotos que es el mejor camino que hay. Se salvan 600 metros de desnivel pero son en 6 kilómetros lo que supone que en dos horas estás en la cima, eso sí, realizando un buen esfuerzo.

El camino no tiene la roca y piedra de los ascensos anteriores y aunque es pronunciado, se lleva bien.

En dos horas estábamos en la cima. Fotos de rigor y rápido para abajo.

Parecía una romería y nos dio el tiempo justo, para hacer las fotos en la cima.

En verano y un sábado no es recomendable este ascenso.

Poco pudimos disfrutar de la cumbre, pero la felicidad era inmensa.

Samuel y yo nos fundimos en un abrazo con camisetas que ponían 17 cimas.

Y ya abajo, lo mejor, recibir un gesto solidario.

Los guías que llevábamos, no quisieron cobrarnos nada y destinaron sus honorarios a los proyectos de la Fundación.

Por eso digo que la montaña es especial y reúne ante sí a las mejores personas.

La cima nº 17 estaba conseguida.

El proyecto finalizado, y un sueño realizado.


16º Ascenso – Puigmayor 1.444 metros de altitud, en Islas Baleares

Con 1445 metros de altura, el Puigmayor se convierte en el techo de la comunidad balear y por tanto el pico más elevado de la cordillera tramontana.

Es una cima que se encuentra en territorio militar, junto a unos impresionantes radares, en otros tiempos controlados por los americanos y en la actualidad, bajo la supervisión del ejército del aire español.

Eso supone una gran dificultad para poder ascender. Estás en manos del ejército que tiene que autorizarte la entrada y en el proceso de solicitud de ingreso en ese territorio y puedes estar mucho tiempo esperando. Es más, Actualmente ese tipo de permisos están muy restringidos. Al final recurrimos a los amigos para ver si podían acelerar nuestro permiso explicando cuál era nuestro proyecto y nos concedieron el permiso para el 13 de agosto.

Así que lo planificamos para esa fecha. Habíamos regresado de hacer el Teide el día 7 de agosto y casi sin tiempo, teníamos que partir hacia las Baleares. El viaje lo preparamos para hacer en un día y eso conllevaba un gran esfuerzo y sacrificio. Tren a las 6 de la mañana hasta Barcelona. Avión hasta Palma de Mallorca. Coche de alquiler hasta el destacamento militar. Ascenso del pico y luego todo a la inversa, si bien tuvimos un regreso complicado. A la vuelta, no pudimos enlazar con el tren. No había plazas para regresar de Barcelona a Zaragoza en bus por estar completos. Así que si queríamos volver desde Barcelona, solo teníamos una opción. Alquilar un coche. A las 22,30 de la noche salíamos de Barcelona en coche hacia Zaragoza, después de llevar todo el día desde las 5 de la mañana en pie y con el esfuerzo del ascenso del pico. Llegamos a la 1 de la mañana a Zaragoza. Tuve que pasar las fotos para que pudieran salir en el Heraldo de Aragón y a las 2 de la mañana, partíamos hacia mi pueblo (Pozuel del Campo) para pernoctar allí y dejar a Samuel disfrutar unos días tras un verano ajetreado. Así que a las 3.30 aterrizados ya en el pueblo, dábamos fin a una jornada que había tenido casi 23 horas para nosotros ininterrumpidas. Pero al menos no había sido como el Teide que nos hizo volver. Esta vez fue un viaje largo, pero con el objetivo conseguido.

Para llegar hasta el Puigmayor, hay que ir carretera dirección Soller. Pasar Soller y tomar un desvío a la derecha que te lleva hacia Pollensa.Cuando se atraviesa un túnel de peaje en la carretera, es señal de que estás cerca del destacamento militar. La carretera deja el destacamento militar a un lado y la entrada de la pista al pico en el otro.

Respecto al ascenso, no tiene ninguna dificultad técnica, si bien en la parte final, la roca caliza te hace echar las manos en algún momento. Estás alto y hay una gran caída en una de las caras. Cuando estás en el vértice geodésico, puedes comprobar la grandeza del pico. Ves como en unos pocos kilómetros se asciende del nivel del mar hasta esos 1445 metros. Se ven las calas, los barcos, un majestuoso mediterráneo, la sierra tramontana. Nosotros que estábamos solos, casi no encontramos forma de hacernos las fotos, ya que no podíamos hacerlas nada más que en una dirección para que no salieran las instalaciones militares. No teníamos a nadie para que nos las hiciera y tuvimos que ingeniarnos con unas piedras casi en la parte más peligrosa de la cima. Pero al final las hicimos de aquellas formas, siempre bajo la vigilancia de un militar desde el destacamento militar que nos observaba.

Nuestro ascenso fue realizado de la forma más tradicional. Al llegar al destacamento militar, hay que pasar por el cuerpo de guardia, presentar los permisos rellenados e identificarse. Una vez comprueban todos los datos, te entregan unas tarjetas de visitantes que te permiten el tránsito por allí. Las instalaciones militares quedan a la derecha y las vallas y puertas de entrada para acometer el ascenso, quedan a la izquierda. Son visibles y no tienen pérdida posible.

Una vez con todo en orden, nos dirigimos hacia la puerta de entrada de la carretera que está cerrada por dos vallas. Nos abren las dos puertas y ahí empieza nuestro ascenso. En total son 15 kilómetros entre ida y vuelta andando por una carretera asfaltada en buen estado, pero con una pendiente notoria y haciendo curvas para superar el desnivel. Es imposible acortar terreno con atajos, ya que cuesta más tiempo porque el terreno ya en esa zona tiene una orografía difícil y corres riesgo de tener una buena caída. Recorremos los 7,5 kilómetros en una hora y media más o menos. Cuando se llega al final de la carretera hay dos opciones. Una seguir una pista hacia la izquierda de unos 50 metros que te lleva hasta las instalaciones militares donde están los gigantescos radares y antenas de comunicación, que no es nuestro objetivo y otra es tirar hacia la derecha, bajar unos metros por una senda marcada y visible, para llegar hasta el punto geodésico tras superar un último tramo final de roca caliza.

El militar se queda esperándonos en la zona de los radares desde donde ve perfectamente todos nuestros movimientos. Nos advierten que no hagamos fotos de las instalaciones militares. Nosotros nos dirigimos hacia la cumbre a la que llegamos en unos 10 minutos.

Desde la cumbre las vistas son espectaculares y por momentos la majestuosidad de la roca caliza, te traslada a los Picos de Europa. Es la cumbre más baja de las 17 que componen el proyecto, pero no por ello tiene menos grandeza que el resto. Cuando estás en la cima, puedes llegar a pensar que la cima tiene mucha más altura por su verticalidad y porque la vista te lleva a ver como en poco tiempo se sube tanta altura.

Empezamos el camino de regreso por el mismo camino. Es decir la carretera militar. Y en poco menos de una hora y media estamos abajo. Son en total 3 horas para recorrer estos 15 kilómetros.

Tuvimos suerte que no fue un día muy caluroso, porque si no, nuestro recorrido por la pista asfaltada, habría sido muy sufrido. No hay agua en ningún momento de la ascensión, así que hay que ir provisto de líquido y sobre todo, protección solar y gorro.

Conforme se va descendiendo se ve el embalse de Cuber con poca agua que hace si cabe más bonito el paraje. Tras llegar abajo, nos espera un militar que nos abre las puertas y nos acompaña hasta el cuerpo de guardia de nuevo, para dejar las tarjetas y recoger nuestros documentos de identidad.

Es de agradecer el trato que nos dieron en el destacamento militar y las facilidades que nos dieron. Nos hablaron de que diariamente reciben peticiones para obtener el permiso de ascenso al pico y que se tomó la determinación de restringir la entrada.

Nosotros tuvimos suerte. De esa forma el Puigmayor se convertía en nuestra cima 16 y nos abría la puerta al asalto de la última cima.

Estábamos a punto de conseguir hacer el proyecto en tan solo un año. Es decir la mitad del tiempo que habíamos pensado y conseguir algo que nadie en nuestras condiciones había conseguido nunca hacer.

Ya sólo nos falta Peñalara el techo de la comunidad madrileña.

El triunfo de la voluntad se encaminaba al final. Ya caminábamos hacia la palabra éxito. Aunque de no haberlo conseguido, creo que no habría sido un fracaso.

En estas 16 cimas había tantos momentos de sacrificio, de pasarlo mal, de estar casi a punto de renunciar a cimas que solo el intento habría servido para que el reto hubiera merecido la pena. Por suerte nunca abrí la puerta a esa posibilidad y yo era consciente que mi reto no consistía en batir records, si no en conseguir el objetivo. Samuel mucho más fuerte físicamente que yo, siempre estuvo en los momentos más delicados y difíciles para darme el apoyo y ayuda necesaria.

Las 17 cimas, las 17 historias de sacrificio y superación, están a punto de conseguirse.


15º Ascenso – Teide 3.718 metros de altitud, en Canarias

El Teide es con 3718 metros, el techo de nuestro país. La cumbre más alta que todos quieren tener en su haber. A nosotros dentro de este proyecto ha sido la que más mal nos ha dado.

Hemos tenido que realizar 3 intentos para conseguir llegar a la cima, en cierto modo, porque nunca nos acoplamos a lo que es el ascenso normal a esta cima.

Lo normal es empezar sobre las cuatro de la tarde y llegar a pernoctar al refugio de Altavista y temprano, levantarse para llegar a la cima a primera hora. Nosotros no lo hicimos así ninguna de las tres veces.

La primera de ellas habíamos planificado salir por la mañana a primera hora desde el parking de montaña blanca y coger el sendero núm. 7 para en unas cinco o seis horas, llegar a la cima y la bajada hacerla con el teleférico. El horario estaba muy ajustado ya que teníamos regreso con avión esa misma tarde. Si todo iba normal, llegábamos en horarios. Pero a veces la climatología te da malas noticias como así nos pasó a nosotros. El viento que soplaba con gran fuerza, hacía imposible el funcionamiento del teleférico. Así que nuestro ascenso se iba al traste. Podríamos subir, pero materialmente no teníamos tiempo de bajar andando y enlazar con nuestro regreso en avión. Así que con gran pena, tuvimos que desistir, regresar a casa y fracasar en este primer intento al Teide.

La segunda vez que regresamos al Teide, fue para Semana Santa. Esta vez sÍ funcionaba el teleférico pero tuvimos la desgracia de que previamente había habido una nevada y con temperaturas bajas, habían dejado el sendero 10 completamente helado.

Los guardas del parque y la guardia civil impedían el paso a cualquier persona que quisiera acceder hasta la cima. Llegados a ese punto, pudimos comprobar la gran cantidad de hielo que había. Por más que intentamos convencer a la guardia civil y a los guardas, estos no hicieron caso y nos impidieron acometer esa última parte del ascenso. Unos que hicieron caso omiso, fueron localizados, les impidieron continuar, no llegaron a la cima, y además tuvieron que soportar una multa según nos dijeron de más de 1000 euros.

Nos quedamos con la miel en los labios, pero no pudo ser. Así que tuvimos que regresar de nuevo a Zaragoza sin haber logrado la cima del Teide.

Y a la tercera fue la vencida. Lo planeamos en pleno agosto, donde se dan los mejores días. Nuestra llegada al aeropuerto de Tenerife Norte fue recibida por una llovizna suave. Pero por veces pasadas, sabíamos que la temperatura del aeropuerto, con la que hay en el parque del Teide, no sirve de ninguna referencia. Una vez se sale del aeropuerto hay una salida a la derecha en la autovía que nos indica el camino hacia el Teide. Es todo una subida constante, por unos pinares increíbles que luego se convierten en parajes de roca volcánica. Con unas vistas impresionantes mientras se va ascendiendo. Se llega hasta los 2200 metros de altura por esa carretera. Pero claro es que veníamos desde la altura del mar casi. En poco menos de una hora estás bajo el pico.

Así que el viernes 7 de agosto pudimos por fin Samuel y yo, coronar la cima del Teide, la cumbre más alta del país. Con sus 3718 es el techo de todas las cumbres españolas.

Salvar un camino con un gran desnivel, que salva 180 metros de altitud en apenas 700 metros.

En definitiva apenas una hora y media para subir y bajar. Pero no nos importaba nada que no fuera conseguir la cumbre fuera como fuera. El ascenso a esta cima no tiene ningún parecido con los que habíamos hecho hasta la fecha.

Esperábamos un cráter amplio y al llegar ves un pequeño cráter con tonos ocres y eso sí, desprendiendo un olor intenso a azufre que se acompaña con vapores salientes de las rocas que resultan molestos en ocasiones . Ahí ves la grandeza del volcán y piensas que en su interior sigue vivo.

Sorprende estar en la cima y no ver ninguna señal que indique el punto geodésico. El lugar más alto del país. Tan solo unas rocas desgastadas de tanta gente que llega hasta allí.

Resultó por tanto un ascenso sin complicaciones técnicas que no nos dejó ver en la cima apenas nada, porque la calima cubría todo.

La cima parece una romería de gente que sube, pero tuvimos suerte de poder estar 15 minutos solos en la cumbre y esperamos a alguien que llegase para que nos pudiera hacer las fotos de rigor.

El Teide por fin, ya quedaba atrás. Los 3718 metros que lo convierten en el rey de las cumbres se sumaba a las cimas conseguidas. Una gran alegría que nos permitía acometer las dos cumbres restantes sabiendo que ya estábamos a punto de cerrar las 17 cumbres.. El proyecto “17 cimas” estaba más cerca que nunca.

Tuvimos la mala suerte de que las vistas desde la cumbre no eran las deseadas. A la parte norte las nubes no dejaban ver ni tan siquiera el mar. Al otro lado, la cara sur, la calima hacía imposible que pudiéramos disfrutar de una vista única.

Es recomendable en el ascenso, hacerlo a un ritmo tranquilo y tener en cuenta dos cosas. La altura que puede influirnos si lo hacemos rápido (al final son más de 3700 metros) y el clima. En la cumbres siempre es bueno llevar una prenda de abrigo, ya que el tiempo cambia y arriba se agradece tras la subida. Aunque lo mejor es seguir el consejo del buen montañero. Cuando uno hace cimas de más de 3000 metros tiene que llevar tres cosas sin falta que empiezan por G: Gafas, gorro y guantes (aunque en verano ahora sean innecearios).

No hay agua en la ruta y los precios del agua si se compra en la estación del teleférico son abusivos. Lo mejor, es llevarla desde casa o en nuestro caso, comprada en el super, que sale mucho más barata y merece la pena.

Ya abajo, tocaba volver al aeropuerto de Tenerife Norte y volar hasta Fuerteventura donde estábamos disfrutando de unos días de descanso.

El objetivo estaba ya cerquita.


14º Ascenso – Aneto 3.404 metros de altitud, en Aragón

El Aneto es la cumbre más alta de los Pirineos con 3404 metros y por lo tanto el techo de la comunicad aragonesa. Era la única que nos faltaba de la cordillera pirenaica, y el lunes 27 de julio acompañados de los guías de Benasque Agustín y Narcis, pudimos conseguir llegar a la cima. Tuvimos que modificar la fecha con urgencia ya que teníamos previsto el ascenso dos días más tarde, pero una borrasca que entraba, nos obligó a modificar los planes.

El Aneto se convertía en la cima 14. Ya solo nos faltaban tres, algo inesperado cuando iniciamos el proyecto el agosto del año pasado.

Debido a mis condiciones especiales partimos el ascenso en dos días. Afrontamos el ascenso por la cara sur para hacer noche en el ibón de Coronas, ya a las faldas del Aneto el domingo 26 de julio. Arrancamos a mitad de mañana desde Zaragoza en coche, para intentar llegar a comer a Benasque. Con una parada obligatoria en Siétamo en la panadería Ferrando para ver a mi buen amigo Jose Luis. Allí cogimos provisiones para la cena y la comida. Llegamos a Benasque a las 14.30. Estaba el pueblo a rebosar coincidiendo con las carreras trail del Aneto, lo que dificultó poder comer a la hora. Pero un rato más tarde casi llegando a las cinco, estábamos en la tienda de Narcis, en Benasque, para emprender desde allí con su coche la marcha.

Para llegar al inicio de nuestro ascenso, hay que salir de Benasque por la carretera de los baños hasta llegar a la acampada de Senarta, desde donde parte una pista de tierra cerrada al tráfico y de uso exclusivo de vehículos autorizados, que salvando 1500 metros de desnivel, llega hasta los 1970 metros de altitud, donde se encuentra el refugio de pescadores junto al puente de Coronas.

Ese era nuestro punto de partida. El inicio hacia la cumbre soñada y deseada como la que más.

Empezamos sobre las 17,30 de la tarde nuestro acercamiento hacia el Aneto. La distancia desde allí no es grande, tan solo son 14 kilómetros entre ida y vuelta, si bien la pendiente y el terreno son factores que por momentos dificultan el ascenso. Para pernoctar teníamos que salvar unos 800 metros de altitud.

Esa tarde hacia un calor horroroso. Nos costó una hora llegar a los 2270 metros, la pileta de Coronas. Siempre siguiendo el camino por la parte derecha del río, el camino está muy marcado con hitos aunque encontramos bastantes señales falsas que pueden despistar y causar problemas serios a quien no conozca bien la ruta. Hacemos una doble parada para refrescarnos. Yo, medio escondidas, tomo mi gel rápido que me ayuda a llevar un poco mejor el esfuerzo. Mi hijo no es partidario de que los tome, pero a mí me van de maravilla cuando noto que nos necesito. Continuamos el ascenso y a las 14,20 horas llegamos al Ibón inferior de Coronas a 2590 metros. Hemos tenido ya que atravesar y negociar el camino por varios tramos de piedras, algunos de ellos sueltas, que dificultan el progreso.

Además nosotros veníamos de los últimos ascensos las semanas pasadas en los que las piedras habían sido constantes protagonistas y estábamos un poco cansados de tanta piedra.

El paraje es espectacular. Rocas, montañas, aguas rápidas y bravas. A las 3 horas alcanzamos los 2730 metros. Estamos ya en el lugar previsto donde pasar la noche. El ibón medio de Coronas.

Las vistas no pueden ser mejores. Sobre el ibón cae la sombra del Aneto que se refleja majestuosamente. Lo tenemos a la vista recibiendo los últimos rayos del sol. Por momentos parece que hay reflejos en la cumbre. Hay muchos lugares junto al ibón de Coronas donde poner la tienda y a la vez realizar el vivac.

Elegimos uno amplio, muy cercano al ibón. Cabemos muy bien y las piedras servirán para protegernos del viento durante la noche. Nos abrigamos pues la temperatura ha bajado mucho y el viento viene frío y con mucha fuerza.

Así reponemos fuerzas cenando un poco y dando buena cuenta de un té caliente que Narcis ha preparado para los cuatro. A las 10 ya estábamos acostados los cuatro. Nosotros metidos en los sacos y fundas de vivac y Narcís y Agus en el dobletecho de una tienda de campaña.

Que impresionante hacer vivac a casi 2800 metros y poder ver un número infinito de estrellas en el firmamento que adornaban la noche. Para nosotros suponía completar todas las formas de pernoctación posible durante el proyecto.

Habíamos dormido en refugios, tiendas de campaña y solo nos faltaba el vivac. Y en verdad que no pudimos elegir mejor lugar y mejor cima.

Bien preparados como íbamos, no pasamos nada de frío y fue a pesar del viento, una noche confortable. Merecía la pena quedarse despierto viendo la grandeza de la noche y el contorno de los picos en la oscuridad de la noche.

Dormimos poco, pero descansamos que era de lo que se trataba. Y sobre todo pasamos la noche muy tranquilos sin pasar nada de frío. Habíamos quedado a las 4,30 en levantarnos, pero a las 4, el despertador de Agus, dice que tenemos que ponernos ya en pie. Tomar un té caliente, unas pastas, chocolate, dejar recogido todo lo que no necesitábamos y ponernos en marcha. A las 4.30 estábamos con los frontales ya alumbrando el camino, que inicialmente va por encima de unas grandes rocas.

Al poquito estamos atravesando unos pequeños neveros hasta llegar a una gran pedriza. Hacerla de noche nos ayudó muchísimo. Así no sabíamos cuánto nos quedaba. En esos momentos te das cuenta del poder de la mente. Lo que una persona es capaz de hacer sin ver es increíble. Era todo subir y subir sin saber lo que nos faltaba.

A las 6,30 ya amaneciendo estábamos en lo alto del Collado Coronas a 3250 metros habiendo superado y cruzado verticalmente el glaciar de Coronas. No tuvimos que ponernos los crampones porque Narcís fue abriendo huella y la nieve no estaba helada. Allí tuvimos que superar una trepada y poner mucho cuidado. Era una buena piedra de toque para advertirnos donde estábamos.

Superado el collado, empujados por un fuerte viento y las nubes bajo nosotros, nos tenemos que refugiar en un abrigo y colocarnos los crampones para acometer el cruce de los últimos metros del glaciar del Aneto. Apenas son 150 metros de altitud hasta la cima. Nos encordamos y ponemos nuestro objetivo en la cima. Nos sigue acompañando un viento frío en el cruce del glaciar. Sin darnos cuenta estamos ya en el paso de Mahoma a las 7,15 de la mañana con los primeros rayos del sol. Es más aparatoso de lo que realmente es. Pero por nuestra seguridad, Narcís y Agus, deciden que sigamos encordados para evitar cualquier disgusto que pueda crearnos el fuerte viento que hace.

Superamos el paso de Mahoma y estamos ya a unos metros de la cima. Agus y Narcís nos animan. Vamos chicos, ahí tenéis vuestra cima. Son las 8,15 de la mañana.

Que ilusión andar los últimos metros llegando a la cima. Las vistas son increíbles. Las nubes siguen subiendo por el collado de Coronas arrastradas por el viento y se van rompiendo. Por la cara norte, sin embargo, gozamos de los primeros rayos del sol en la cumbre, pero abajo, las nubes tapan todo excepto los grandes picos que son capaces de asomar por encima de las nubes que todo lo cubren.

Hacemos junto a la cruz y la virgen del Pilar las correspondientes fotos y decidimos bajar. Hace tanto viento y es tan frío que ni abrimos la mochila y decidimos descender hasta el collado de Coronas. Es allí donde nos encontramos con los primeros que quieren llegar a la cima y donde reponemos unas pocas fuerzas para empezar la bajada hasta el ibón medio de Coronas.

Nos cruzamos con gente en zapatillas dispuestos a cruzar el glaciar del Aneto. Cuando luego hablan de los accidentes que suceden en montaña, te acuerdas de personas como estas. Casualmente cuando estábamos junto al ibón de Coronas, comiendo, volvimos a ver pasar a los dos insensatos que habíamos visto junto al glaciar. Uno de ellos llevaba una buena herida en la pierna, producto de una caída. Al menos la pudo contar, pero seguro que el susto no se lo quitó nadie.

Destrepamos el collado de Coronas, atravesamos el glaciar y acometemos la pedriza que horas antes habíamos hecho cuando todavía era de noche. Ahí nos damos cuenta de lo que habíamos subido hacía unas horas. Piedras y piedras y más piedras.

En unas dos horas y media, bajamos desde la cima hasta el ibón medio de Coronas a 2750 metros. Ya pega el sol, es mediodía y el viento no pega ya casi apenas. Nos damos un pequeño homenaje de casi una horita de descanso, reponiendo fuerzas y afrontamos el último tramo del descenso que nos llevará hasta el refugio de pescadores donde se había quedado el coche de Narcis, sabiendo que el Aneto, ya está en el morral. En dos horas y media estamos ya abajo a 1950 metros de altura siguiendo la misma ruta por la que habíamos ascendido. No dije nada, pero durante el descenso desde el ibón hasta el coche, pase un dolor increíble en las uñas de mis dos pies. Cada paso que daba descendiendo me dolía más y más. A la semana siguiente ese dolor, se tradujo en que mis dos uñas estaban negras tras haber superado unos días de dolor y dolor.

Ya abajo se agradece el subir al coche como nadie se puede imaginar entre otras cosas por el dolor de uñas que llevaba. Bajamos por la pista hasta la campa de Senarta, a Benasque y allí nos despedimos de nuestros guías Agus y Narcís. Se portaron con nosotros genial y seguro sin ellos no habríamos podido conseguir llegar a la cima.

Antes de partir de Benasque, dimos buena cuenta de la carnicería Las Tucas. Desde allí hasta Sahún para comprar y probar quesos de “El benasqués” y darnos la grata sorpresa de poder comprar leche fresca de vaca. ¡Qué bien!

Así que de vuelta hacia Zaragoza con la obligada parada en Siétamo para reponer fuerzas y llevarnos unos cuantos productos para nuestra casa.

A eso de las 10 de la noche llegamos a Zaragoza con la alegría de haber sumado nuestra 14 cima.


13º Ascenso – Almanzor 2.592 metros de altitud, en Castilla y León

El pico Almanzor en plena sierra de Gredos es el segundo pico más alto de la comunidad de Castilla y León, por detrás de Torrecerredo. Como Torrecerredo lo habíamos hecho como techo de Asturias en el mes de agosto, decidimos hacer el pico de Almanzor y así tener una cima más.

El pico Almanzor, en plena sierra de Gredos, es un pico muy exigente por el terreno donde uno se mueve. Piedras , piedras, una pedrera y como colofón el último tramo muy aéreo con unos grandes bloques que precisaron que tuviéramos que usar cuerdas para mayor seguridad y evitar que un despiste nos jugase una mala pasada. Para una persona con vértigo no es una cima muy aconsejable. Y sobre todo, hay que ir con todos los sentidos porque la llegada a la cima tiene riesgo.

Como llevamos haciendo desde el inicio del proyecto, siempre adecuamos los ascensos a mis condiciones personales. Así que decidimos acometer esta cima en dos día.El 18 de julio por la tarde partíamos desde una plataforma donde hay un gran aparcamiento. Hasta allí se llega por una pista muy bien asfaltada que parte desde Hoyos del Espino. Son 13 kilómetros de pista.

La plataforma está a unos 1760 metros de altura. Y nuestro destino esa tarde era el refugio de Elola, junto a la laguna grande de Gredos. Un paraje espectacular y que en las fechas veraniegas está a rebosar.

Desde la plataforma hasta el refugio de Elola son casi 7 kilómetros de distancia los que hay, salvando un desnivel de apenas 200 metros.

Primero se inicia con una pendiente muy pronunciada que nos lleva hasta casi los 2200 metros. Son aproximadamente unos 3,8 kilómetros. Una vez en ese punto, se inicia un descenso hasta el refugio de casi 300 metros que se convertirán en unos 3 kilómetros.

Desde la plataforma hasta el refugio, hay dos fuentes que permiten hacer la ruta mucho más llevadera y que se convierten en lugar de descanso mientras se echa un trago de agua.

Desde la plataforma hasta el refugio, empleamos 2,30 horas. Mi hijo que había salido a la vez, decidió ir por delante y lo hizo en una hora y diez minutos. Debió volar además de tener 17 años y estar en un estado físico perfecto.

Ya en el refugio, Oscar, nos atendió de maravilla. Unas instalaciones fenomenales en un paraje espectacular.

Nos acostamos pronto para poder madrugar y evitar que el domingo tuviéramos que ir en romería hasta la cima.

A las 6 de la mañana estábamos en marcha. Éramos un equipo de cuatro. Oscar y Lidia como guías y Samuel y yo como acompañantes. Ritmo bueno en un ascenso fuerte.

Partimos de 1950 metros de altura desde Elola para en tres kilómetros salvar un poco más de 600 metros de desnivel.

El inicio es sobre roca fija, pero pronto aparecen piedras sueltas y cómo no una pedrera hasta llegar a la Portilla Bermeja, desde donde nos enfilaremos hacia la cima.

El último tramo ( unos 30 minutos) nos encordamos para tener mayor seguridad y en verdad que Oscar demostró el porqué es uno de los mejores guías de alta montaña y sobre todo muy conocedor de esa zona.

En dos horas y cuarenta y cinco, estábamos en la cima. Éramos los primeros en llegar a una cima que caben apenas tres personas.

Fotos de rigor, disfrutar de la visión y pronto hacia abajo porque el fuerte viento no invitaba a quedarse allí. Con mucho cuidado iniciamos el descenso asegurados hasta llegar a la Portilla Bermeja, donde dimoss cuenta de unos frutos secos y bocata que nos habían preparado en el refugio.

A las 11,30 ya estábamos en el refugio. Cuando iniciábamos el descenso veíamos desde lo alto cómo la gente empezaba a subir por la pala hacia la pedrera y parecía casi como una romería.

Era lo que queríamos evitar. Disfrutar de la cima en soledad y con tranquilidad.

Tras llegar al refugio, un pequeño descanso, tomar un refresco y volver hacia la plataforma para ver si llegábamos a comer a Hoyos del Espino.

Salíamos a las 12,30 del refugio y a las 15,00 estábamos en la plataforma. Nos costó 2,30 horas el hacer el camino de regreso.

Samuel se superó. En 56 minutos, corriendo en varios tramos, pudo hacer los casi 7 kilómetros.

El Almanzor, quedaba atrás. Una cima costosa por lo abrupto del terreno, pero bonita y enmarcada en un paraje espectacular.

Era nuestra cima 13. El techo de Castilla y León tras Torrecerredo.


12º Ascenso – Pica D’Estats 3.143 metros de altitud, en Cataluña

La Pica D’Estats es el techo de la comunidad catalana. El pasado día 10 viernes tuvimos la fortuna de poder coronarla y poner ya en nuestro objetivo, la cima 12 como conseguida.

Fue un ascenso duro, con un terreno muy abrupto y pedregoso, trepadas obligatorias en distintas partes de la ruta, una pedrera de 1 km. para salvar un desnivel de 400 m. y con varios neveros helados que hizo que tuviéramos que tirar de crampones para poder ascender en la parte final por la parte francesa.

Al final el día 10 partíamos a las 7 de la mañana y terminábamos sobre las 6 de la tarde nuestra cima 12.

Pero la cima 12 merecía la pena. Desde lo alto junto a la cruz, unas vistas espectaculares, sobre todo con los ibones a los pies de la montaña.

Una cima 12 que nos había hecho emplear once horas, recorrer 19,5 km., superar un desnivel en el ascenso de 1350 metros que acumulado, suponían 1600 metros. Y emplearnos ante una pendiente media del 14%, aunque había tramos en la pedrera que eran cercanos al 40%.

Ni que decir tiene, cómo soportaron mis rodillas esta ascensión sobre un terreno tan difícil y exigente. Al llegar al coche en el aparcamiento de la Molinasa, me senté un buen rato en una piedra. Al incorporarme tenía tal dolor en las rodillas, que apenas pude llegar a sentarme en asiento del coche.

Pero el objetivo estaba cumplido. La cima 12 estaba conseguida. Ya solo nos faltan CINCO.

Empezamos el jueves sobre las siete desde el aparcamiento de la Molinasa. Hasta llegar allí desde Areu, hay que atravesar una pista de tierra en bastantes malas condiciones, pero al menos hay esa posibilidad. Desde allí, hay 10 minutos al refugio que es desde donde parte la ruta de ascenso a la Pica. Se inicia con una dura subida para coger altura por un terreno pedregoso y con matorrales cortados a los lados. En breve espacio de tiempo, ya tenemos que enfrentarnos al primer paso en el que tendremos que poner las manos y destrepar porque no queda otra. Una vez pasada esa trepada, el camino se va aproximando al rio y seguirá a su lado caude arriba hasta llegar a los ibones.

Primero se supera como una explanada fangosa cuando llevamos ya una hora y poco más de camino. A las 14,30 llegamos al ibón. Es el primero de los dos ibones. Nuestra intención era haber llegado al segundo, pero la noche se nos echó encima y no pudimos llegar.

Acampamos con la tienda junto al lago y no estamos solos. Hay otras seis tiendas más que han acampado antes que nosotros. Un poco más tarde de las diez y media, ya estamos instalados en los sacos dispuestos a dormir. Al día siguiente queda la subida por delante. La noche es muy buena. Pero yo desgraciadamente no estoy bien. Había subido mal y además notaba que tenía fiebre. Durante la noche no pegué ojo, si bien pude descansar, pero no estaba bien.

A las seis de la mañana al levantarnos, lo primero fue tomar un termalgin para que la fiebre no subiera. Y pensé viendo desde la tienda la cima de la pica, si realmente mi cuerpo estaba en condiciones de llegar hasta allí.

Sabía que lo pasaría mal, pero al menos lo intentaría.

A las 7 estábamos en marcha camino del segundo ibón para desde allí, comenzar la pedrera. Esa pedrera tan temida e incómoda que en poco más de un kilómetro te hace superar 400 metros de desnivel desde el lago hasta el coll de sotillo, frontera con Francia.

Al comenzar la pedrera, con los neveros helados, tuvimos que ponernos crampones para superar unos tramos.

Cuando superamos la pedrera y llegamos al Coll de Sotillo, es obligado bajar y descender unos metros. Con lo que cuesta subir, y de pronto, te ves que tienes que bajar de nuevo. Lo hacemos por unas rocas en las que nuevamente nos toca trepar y tirar de manos hasta que llegamos a un nuevo nevero, este ya grande que nos llevaría hasta arriba, a los pies de la Pica.

Crampones y poco a poco a ascender por el nevero con una elevada pendiente. Ascenso que se me hace duro, y en el que tuvimos que parar un par de veces para recuperar.

Al llegar arriba a la cresta, solo nos faltaba ya un último esfuerzo. Teníamos la Pica ante nosotros. Repusimos un poco de fuerza con alimentos, dejamos las mochilas tras unas rocas y subimos hasta la cima que nos llevó tan solo unos 15 minutos. Camino de piedra, que no hacía sino que complicar más la vida a mis accidentadas rodillas.

Pero la cima merecía la pena. Una cruz y una vista espectacular. Desde arriba veíamos bien por donde habíamos subido y los ibones bajo la Pica.

Fotos de rigor y para abajo rápido. Lo malo es que la cumbre no tenía soledad ni permitía poder estar tranquilo. Mucha gente a pesar de no ser fin de semana. En el momento en que estábamos en la cima, estaban con nosotros más de 20 personas que habían ido subiendo poco a poco.

Es la montaña concurrida. NO quiero pensar que será el fin de semana esa montaña en los meses de verano.

Iniciamos el descenso y con nuestras pequeñas paraditas, hasta llegar bajo el Coll de Sotillo, donde nos toca volver a trepar, subir lo que antes habíamos descendido y acometer el descenso de la pedrera, tarea complicada y desagradable para las rodillas.

Suerte que al menos pudimos tirar mano de un nevero que nos libró del tramo final de la pedrera. Ya en horas de mediodía, eran sobre las dos, la nieve estaba blanda y con la alegría de haber hecho cumbre, pues decidimos Samuel y yo, con un chubasquero, lanzarnos por el nevero como si de un trineo se tratase. Fue el momento de relax del día.

Al llegar al primer ibón, donde habíamos dejado escondida nuestra mochila con sacos y tienda, fuimos al rio a descansar los pies, refrescarnos del intenso calor, hidratarnos, reponer fuerzas y comenzar el descenso hasta el refugio y el aparcamiento de la Molinasa.

Era la misma ruta que habíamos hecho de subida, con lo que la teníamos reciente.

Nos cruzamos con bastante gente.

A las 18,30 llegábamos al refugio y nos dimos un homenaje. Una coca cola y un buen remojón en la fuente, fue nuestro premio.

De ahí al coche solo eran diez minutos.

Samuel demostró estar en plena forma, y en el tramo final, me bajo la mochila.

Yo sentía en cada paso que daba descendiendo que el dolor aumentaba más y más en mis rodillas. Pero que solo era eso, dolor.

Lo importante ya estaba hecho. Nos quedaba una menos.


11º Ascenso – Macizo de Revolcadores 2.017 metros de altitud, en Murcia

El Alto de Revolcadores es el techo de la comunidad de Murcia con 2017 metros. Siete horas nos separaban desde nuestra ciudad hasta el destino elegido para este ascenso nº 11.

Cerca del Alto de Revolcadores está el pueblo Cañada de la Cruz, pero en esa zona es imposible encontrar un alojamiento para pernoctar.

Así que lo hicimos en Caravaca de la Cruz y acertamos plenamente. En la Casa Rural de los Jardines de Casablanca, Angel y Diana nos atendieron fenomenal. Es un paraje espectacular, la pena fue que solo estuvimos una noche y además nos tocó madrugar mucho.

Tras dormir unas 5 horas, el jueves 2 de julio a las 5,30 de la mañana, ya estábamos en pie. Nos habían dejado un suculento desayuno del que dimos buena cuenta en silencio. A las 6 ya salíamos de la casa rural, con destino a Cañada de la Cruz, a unos 50 kilómetros.

Al llegar al pueblo, hay que coger un desvío a la izquierda que nos llevó hasta el Puerto Alto. Una carretera asfaltada que llega hasta los 1500 metros. Cuando se acaba el asfalto de la carretera empieza una pista de tierra. Es ahí donde se deja el coche y comienza el ascenso por una pista a la derecha que es muy visible.

La pista es muy cómoda y ancha, pero tan solo nos duró 15 minutos. Habíamos empezado a las siete de la mañana y a las siete y cuarto dejábamos ya la pista para comenzar el ascenso por una senda muy marcada, pero muy empinada, con un desnivel medio de un 16% más o menos. En verdad que desde donde dejamos el coche a la cima, eran casi cuatro kilómetros, pero qué cuatro kilómetros. Exigentes y por un terreno con pedriza suelta en muchos momentos que dificultaba el ascenso.

Tras un par de paradas pequeñas, a las 8,30 horas estábamos ya en la cima donde nos esperaban dos puntos geodésicos, pero ninguno de ellos ponía el nombre. Así que para no dejar dudas hicimos los dos, separados por unos 500 metros. Uno era el Alto de los Obispos y el otro el Alto de Revolcadores.

En la cima un aire fresco y una mañana nublada. Las fotos de rigor y el descenso rápido ante la amenaza de nubes negras que traían lluvia. Lluvia que luego nos cogió ya en el coche.

El descenso lo hicimos en una sola hora, un poco más rápido de lo previsto.

Así que a las diez de la mañana ya estábamos abajo. Habíamos conseguido la cima número 11.

Casi 8 kilómetros en total los recorridos, pero salvando un desnivel de un poco más de 500 metros en poco más de una hora, lo que da muestra de que el ascenso fue corto en tiempo pero intenso en esfuerzo y sacrificio.

Y de allí rápido hasta llegar al pueblo, Pozuel del Campo. A las 3 llegábamos a comer unas buenas chuletas a la brasa, bien merecidas.


10º Ascenso – Calvitero / Torreón de 2.400 metros de altitud, en Extremadura

El pico Calvitero es el techo de la comunidad extremeña, con 2401 metros. En la sierra bejarana y muy cercano a la estación de esquí de la Covatilla, es un pico que no presenta dificultades técnicas. El pasado 26 de junio a las 6,45 de la mañana nos poníamos en marcha para conquistar la que sería nuestra décima cima del proyecto. Había que aprovechar las horas en las que el calor todavía no era sofocante, para alcanzar nuestra meta.

Desde la plataforma del Travieso, lugar donde se dejan los coches para iniciar el ascenso al Calvitero iniciamos el ascenso. Pero lo hicimos sin darnos cuenta por otra senda que nos llevaba a media ladera, lo que nos obligó en un momento a tirar campo a través entre piornos. Aprovechando el espacio de un pequeño riachuelo por un pequeño barranco fuimos subiendo hasta conseguir llegar al collado, donde unos buenos bloques de granito, cambiaban todo el paisaje que habíamos tenido hasta ese momento.

La cima del Calvitero, no tiene nada en especial. Un buzón amarillo que marca 2401 metros y el nombre del pico.

Las vistas son impresionantes. Nos hicimos las fotos de rigor y bajamos de nuevo para iniciar el regreso cuanto antes y que no nos atrapase el calor.

Fueron tan solo 8 kilómetros en los que invertimos unas cuatro horas. Pero es un ascenso duro porque se salvan los 500 metros de desnivel desde el inicio sin tener un minímodescando.

Además la ruta resultó muy incómoda en especial para mi, que tanto necesito los bastones para evitar el sufrimiento de las rodillas. El descenso, muy pedregoso durante todo el recorrido y con piornos que impedían meter los bastones en varios tramos, hizo pasar un mal rato a mis rodillas. Samuel no tuvo problemas. Al final cuando acabamos el esfuerzo había merecido la pena. La décima estaba ya en el bolsillo. Tan solo faltan ya siete para conseguir el objetivo y de esa forma, llevar a Aragón donde se merece. Al punto más alto de cada comunidad autónoma. Y que una persona trasplantada en España alcance lo que nadie hasta ahora ha sido capaz de conseguir en mis condiciones.


9º Ascenso – Mesa Tres Reyes de 2.440 metros de altitud, en Navarra

El domingo 21 de Junio, conseguimos coronar nuestra 9ª cima, el techo de Navarra, con 2.440 m.

El pico presentó dificultades en el tramo final, por ser una zona rocosa donde tuvimos que hacer una pequeña trepada.

Invertimos un total de 4 horas y media en el ascenso, y 4 en el descenso, para recorrer 17 kilómetros, con una pendiente media del 13%, con el consiguiente esfuerzo.

Llegando a ésta, nuestra 9ª cima, hemos sobrepasado el ecuador del proyecto, así que con 8 por delante, estamos planteando culminarlas todas en este año. Algo impensable en un principio, al ponerlo en marcha en el año 2014.

Gracias a la fuerza de la voluntad, seguimos soñando con nuestro reto.


8º Ascenso – Pico de AITXURI de 1.551 metros de altitud, en el País Vasco

Ayer domingo, día 14 de Junio, coroné junto a mi hijo Samuel, la cima más alta del País Vasco, con 1551 metros de altitud.


El ascenso estuvo marcado en la mitad del recorrido por una lluvia que dificultó en gran medida el ascenso hasta las Campas de Urbia.

Tras invertir 6 horas entre el ascenso y descenso, salvamos una altitud de 818 metros y recorrimos la distancia de 17 kilómetros.

Esta cima se convierte en la 8ª cima del proyecto "17 cimas" lo que nos posiciona en el ecuador del proyecto.

Un proyecto solidario que reivindica el triunfo de la voluntad y un homenaje a la donación de órganos. Algo hasta ahora nunca conseguido por una persona en mis condiciones.


7º Ascenso – Pico del SAN LORENZO de 2.271 metros de altitud, en La Rioja

El jueves, día 23 de Abril, retomamos nuestro proyecto tras haberlo dejado aparcado desde noviembre, y coronamos la cima del Pico de San Lorenzo, en la Comunidad Autónoma de La Rioja.

Es nuestra 7ª cima, del proyecto solidario “17 cimas”, a favor de la donación de órganos. Una vez más, felices por haber sido las personas en La Rioja, que más alto hemos estado diciendo SI A LA DONACIÓN DE ÓRGANOS.

Un reto solidario, a favor de la donación de órganos, que nos da fuerzas para seguir.

Hemos tenido un día ventoso pero lleno de ilusión por volver a reiniciar el proyecto.

Gracias a la voluntad podremos conseguirlo todo.

Ya casi preparando el próximo.


6º Ascenso – Pico del LOBO de 2.273 metros de altitud, en Castilla la Mancha

El sábado, día 22 de Noviembre, tras unas cinco horas, pero salvando un desnivel de más de 800 metros, coronamos la cima del Pico del Lobo, en la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha.

Es nuestra sexta cima, del proyecto solidario "17 cimas", a favor de la donación de órganos. Así que una menos que nos queda y orgullosos de haber sido las personas en Castilla la Mancha, que más alto hemos estado diciendo SI A LA DONACIÓN DE ÓRGANOS.

Un reto solidario, que nos da fuerzas para seguir.

Hemos tenido un buen día. Viento en la cima, pero un día de otoño espectacular. La voluntad es capaz de conseguirlo todo. Así que voluntad y solidaridad hacen posible que con esfuerzo, vayamos sumando cimas.

La siguiente el 3 de enero de 2015 en Tenerife, con el ascenso del Teide.


5º Ascenso – Pico de CALDERÓN de 1.837 metros de altitud, en la Comunidad Valenciana

El pasado jueves, 9 de Octubre, Carlos Sanz junto a su hijo Samuel coronó el 5º ascenso en su proyecto #17cimas.

El alto de Barracas o Pico de Calderón.

Un pico sin gran dificultad por su altura, pero sí muy difícil por la inexistencia de señales para su ascenso, esto junto a la niebla, nos complicó y mucho el reto. Tras casi dos horas de retraso, coronamos la cima en medio de nubes bajas que no nos daban tregua ni visibilidad.

Con este ascenso en la Comunidad Valenciana, ya son 5 las cimas conseguidas.

La solidaridad y la donación de órganos han vuelto a estar en lo más alto.

La causa merece la pena.

Gracias a todos los que día a día nos apoyáis y nos dais fuerzas para seguir, por difíciles que sean las circunstancias en algunas ocasiones.


Fallido ascenso al Teide debido a las inclemencias meteorológicas

El tiempo es algo que el ser humano no puede controlar. El proyecto "17 cimas" tuvo el miércoles, 10 de septiembre, un parón en el Teide.

Una vez preparados para iniciar el ascenso por la colina blanca y el refugio de AltaVista y desde allí atacar la cima del Teide, trayecto que dura entre cinco y seis horas, no hemos podido acometerlo debido a que las inclemencias meteorológicas nos ha jugado una mala pasada.

Rachas de viento de más de 120 kms. por hora en la cota 3.500 han impedido poner en funcionamiento el teleférico del Teide.

Teníamos previsto hacer el descenso en el teleférico sobre las 15 horas, para que así nos diera tiempo de llegar a coger el vuelo de las 19 horas. Pero no ha podido ser. Un viaje largo, mucho esfuerzo por llegar hasta allí y te vuelves a casa vacío.

Habrá que buscar una nueva oportunidad.

Nos vamos sin cima, pero volveremos. Al final en la montaña hay que tener paciencia.


4º Ascenso – TORRECERREDO de 2.648 metros de altitud, en la CCAA de Asturias

Ayer miércoles, 27 de agosto, en compañía de mi hijo, conseguimos llegar a la cima del pico más alto de Asturias. Torrecerredo, es sin duda la cumbre más importante de las 17 que tenemos que hacer con el proyecto "17 Cimas".

Fue espectacular.

El martes por la tarde hicimos la aproximación al refugio desde donde dejamos el coche e invertimos solo 3 horas. Tres horas con lluvia y nubes que nos hicieron dura la subida. Pernoctamos en el refugio de Urriellu y el miércoles a las 7:30 estábamos ya en marcha. A las 12 hacíamos la cima. Casi a las 17 horas estábamos de vuelta en el refugio. Y tras descansar media horita, iniciamos el descenso hasta el coche. Un esfuerzo extremo. Con datos lo veréis mejor. 700 metros de ascenso, 1600 metros de descenso, y en alta montaña la distancia que recorrimos fue de unos 25 kilómetros.

Doce horas sin parar.

Pero al final el esfuerzo mereció la pena y conseguimos llegar a la cima, mi hijo Samuel y yo, junto a nuestro guía Alberto.

Empezamos a las 7:30 de la mañana y acabamos a las 19:45 en el coche para iniciar el camino de regreso. Nos quedaban 500 kms. de carretera hasta llegar a casa.

Ese es nuestro esfuerzo dirigido a concienciar a la sociedad sobre la donación de órganos, y a la vez, a dar a entender la importancia de los valores que nuestro esfuerzo transmite: sacrificio, voluntad, constancia, superación… Lo que siempre digo.

EL ÉXITO SE PRODUCE CUANDO LOS SUEÑOS SON MAYORES A LAS EXCUSAS.


3er Ascenso – PEÑA TREVINCA de 2.127 metros de altitud, en la CCAA de Galicia

Ayer miércoles conseguimos Samuel y yo, coronar la cima de Peña Trevinca, nuestra tercera cima del proyecto "17 Cimas". Es el techo de Galicia. Una ascensión en la que invertimos 7,30 horas y recorrer casi 20 kilómetros. De nuevo pudimos llevar el mensaje solidario de la donación de órganos hasta lo más alto de Galicia en esta ocasión y también hacer ver de las posibilidades de la voluntad. Para mí no fue un día fácil. Con mucho dolor de rodilla izquierda, tuve que superar la 7:30 horas con fuerte dolor y además con unas sensaciones negativas del cuerpo, que me impedían estar bien y me poder caminar en condiciones.

Pero el resto merece la pena, y no podía quedarme sin al menos intentar conseguirlo.

Sufrí mucho, quizá el peor ascenso de los tres que llevamos, pero al final el esfuerzo mereció la pena. Hoy ya no me acuerdo del dolor de ayer.

Tan sólo tengo la certeza de que he conseguido otro reto por lo laborioso que fue, y eso todavía me reconforta más.

Ya llevamos 3, sólo nos faltan 14.

Todos, si queremos podemos conseguir nuestros propósitos, aunque sean a base de mucho esfuerzo, sacrificio y sufrimiento.

La voluntad todo lo puede.

Gracias a todos los que me dais fuerzas para seguir en el proyecto.

Ayer empezábamos a las 6 de la mañana y terminábamos en mi pueblo, Pozuel del Campo, a las 11 de la noche, habiendo invertido 7 horas y media en el ascenso y 800 kms. en coche para regresar.

Una paliza, pero con felicidad.


2º Ascenso – MULHACÉN de 3.479 metros de altitud, en la CCAA de Andalucía

El pasado martes, día 12 de agosto, pasadas las 15 horas conseguía junto a mi hijo Samuel la 2ª cumbre del Proyecto “17 CIMAS”.

Esta vez ha sido el Mulhacén. Por unos minutos, hemos estado en lo más alto de la península, a 3.479 metros. Una maravilla.

Dura ascensión, con casi 900 metros de desnivel de subida, pero sin duda con una buena recompensa. El sumar ya la 2ª cima al proyecto.

En las fotos aparecemos junto a la Virgen de las Nieves. Ya sólo nos quedan 15 para cumplir el reto. Esfuerzo, sacrificio, constancia y solidaridad hacen mejores a las personas.


1er. Ascenso – TORREBLANCA de 2.619 metros de altitud, en la CCAA de Cantabria

El pasado día 5 de agosto dio oficialmente inicio del proyecto “17 Cimas” con el que pretendo junto a mi hijo, el ascenso a la cumbre más alta de cada Comunidad Autónoma.

Fue Torreblanca, con 2.619 metros y techo de Cantabria, la elegida en primer lugar y a la vez una de las que mayor dificultad entraña dentro del reto.

Empleamos 9:30 horas entre el ascenso y descenso, y salvamos 1.000 metros de ascenso y 1.000 metros de descenso. Pero el esfuerzo mereció la pena. Gracias a Fernando Calvo, guía de los Picos, pudimos llegar a cima, en un terreno difícil, rocoso de caliza y con una trepada final espectacular.

Así mismo, tuvimos que atravesar varios neveros de gran dimensión que hicieron más bonita si cabe la ascensión. El reto empieza.

Aquí os mando unas fotos, y os invito a seguir y difundir nuestro blog en el que iremos apuntando todas nuestras vivencias en este apasionante reto.

Os agradecemos inmensamente todos vuestros comentarios, que alimentan y mucho nuestras ganas y fuerza en esta bonita pero difícil aventura.

El martes, 12 de agosto, nos espera el Mulhacén.

Que podamos seguir llevando a Aragón y a la donación de órganos, lo más alto posible.


Presentación del proyecto 17 cimas



"17 CIMAS" PARA PROMOVER LA DONACIÓN DE ÓRGANOS.

Carlos Sanz ascenderá a la cumbre más alta de cada Comunidad Autónoma. Se presenta el Proyecto en el Gobierno de Aragón y en la Sede del Diario Marca.

El pasado día 30 de julio, se presentó el Proyecto "17 CIMAS".

El proyecto "17 cimas" es un reto deportivo y solidario que consiste en que el reconocido deportista Carlos Sanz, trasplantado de hígado en 4 ocasiones, y su hijo Samuel persiguen ascender a la cima más alta de cada Comunidad Autónoma, durante los años 2014 y 2015.

En estas 17 cimas se harán fotos mostrando el carné de donante de órganos, con el fin de difundir y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la donación para salvar vidas.

Si logran dicho reto, sería la 1ª vez en España que una persona trasplantada lo consigue, y se sumaría a los múltiples logros que Carlos Sanz ha ido consiguiendo en su extensa trayectoria deportiva.

Durante el reto "17 cimas" se recorrerán más de 300 kilómetros, ascenderán 16.000 metros y, a la vez, esos metros se convertirán definitivamente en 20.000 metros de ascensión acumulada.

Algunos de los ascensos que se van a realizar en el año 2.014 son los siguientes:

  • Ascenso al pico "Torreblanca", de 2.619 metros de altitud, en la CCAA de Cantabria.
  • Ascenso al pico "Peña Trevinca", de 2.127 metros de altitud, en la CCAA de Galicia.
  • Ascenso al pico "Torrecerredo", de 2.648 metros de altitud, en la CCAA de Asturias.
  • Ascenso al pico "Mulhacén", de 3.480 metros de altitud, en la CCAA de Andalucía.
  • Ascenso al pico "Puigmayor", de 1.444 metros de altitud, en la CCAA de Baleares.
  • Ascenso al pico "Teide", de 3.718 metros de altitud, en la CCAA de Canarias.

Asimismo, Carlos Sanz comparecerá en varias conferencias y realizará diversas actividades para lograr la concienciación social sobre la donación de órganos.

La Fundación Carlos Sanz, trabaja para formentar la donación de órganos y, por ello, apoya esta iniciativa en la que se unen deporte y solidaridad en una gesta difícil, donde el esfuerzo, el sacrificio y la voluntad serán las herramientas qeu les ayuden a conseguir el objetivo: SALVAR VIDAS.

Para la realización del proyecto se cuenta con la colaboración del GOBIERNO DE ARAGÓN, DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ZARAGOZA, NOVARTIS Y TRANGOWORLD.

17 Cimas